La intimidad de la boda de Macri y Awada

El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, y su novia, Juliana Awada, coronaron su historia de amor en una ceremonia civil que se realizó este mediodía en un salón en Costa Salguero, en la que, como era de esperarse, ningún detalle estuvo librado al azar. La primera dama porteña lució espléndida. Optó por un look fresco, romántico y despojado, a la vez. “El atuendo era un vestido original del 1900. Le hicimos una pollera larga con una blusita crochet tejida a mano. Parece una dama antigua”, señaló Yanina Solnicki, diseñadora de El Camarín, encargada de realizar el vestido de la flamante novia. La prenda fue modificada y actualizada con un terminado a mano. “Ella quería estar sobria y elegante. Es algo original porque es como un vestido antiguo; se puso algo de otros años, pero actual, sexy y elegante, a la vez. Es una novia diferente”, agregó. Según explicó la diseñadora, al ser una prenda antigua, su valor es “muy costoso”, pero prefirió no revelar el precio. “Esto es muy difícil de hacer hoy en día, es muy delicado, son prendas caras, son piezas de museo, son únicas”, explicó. Solnicki contó que Awada la contactó porque son amigas y tienen un gusto similar. “Lo hicimos rápido, sabíamos bien lo que quería, cero trillada, muy relajada”, dijo. El maquillaje, por Estefanía Novillo, fue sencillo y natural, al igual que el peinado, por Carmen de Staff Cerini, que sólo constaba de unas ondas, apenas recogido con unas hebillas al frente. Otro dato: la primera dama porteña no usó ninguna joya, ni anillos, ni aros ni colgantes. “El vestido ya es suficiente, es muy cargado”, concluyó. Los diseñadores opinan El diseñador Jorge Ibáñez también opinó al respecto: “Ella es una mujer sumamente glamorosa que demuestra que sin recargarse puede estar distinguida y ser una diosa total”. También halagó el equilibrio que la caracteriza en sus apariciones públicas: “Tiene el detalle justo. Usa peinados suaves, vestidos elegantes, la joya justa, sin ostentar”. Por su parte, Benito Fernández destacó la femineidad de Juliana a la hora de armar su outfit: “Está canchera, moderna, cool. Ella siempre apuesta a una imagen un poco más sofisticada y ahora apuntó a algo mas femenino y no se equivocó con la opción”. El modisto comentó que el blanco le dio mucha “frescura y luz” y que le encanta que se haya dejado la cara despejada cuando siempre acostumbra a usar el pelo suelto. Sobre Awada, Fernández declaró: “Me parece que es una de las nuevas generadoras de tendencia, la gente la está siguiendo. Está bueno que genere tendencia, hay pocas mujeres que lo hacen acá en el país. Me gusta que sea coherente y que no se esté vistiendo de prestado”. El salón, de ensueño El lugar elegido por el jefe de Gobierno porteño y su flamante mujer fue el salón de Puerto Salguero, un espacio de 600 metros cuadrados cubiertos y una terraza semicubierta de 210 metros cuadrados con vista al río. Tiene una capacidad para unas 420 personas si es armado para una cena, pero si es a modo de cocktail entran unas 800 personas. En la ambientación, a cargo de Ramiro Arzuaga, predominó el blanco con un estilo moderno con toques clásicos.